Ir al contenido principal

Mi sobrino se rehúsa a asistir a la preparatoria. Él está diagnosticado con autismo, ¿cómo podemos ayudarlo?

Esta pregunta tiene un sin número de respuestas, ya que todo depende de las habilidades, retos, experiencias, apoyos escolares, la comunicación entre padres y escuela que han venido asistiendo durante los primeros años de escuela de Antonio.
Para responder de manera objetiva, debo citar lo que la tía de Antonio me comentó: “Antonio tiene una condición rara, los médicos y psicólogos no han dado con su padecimiento, dicen que es un síndrome pero que lo diagnostican como autismo para que tenga la ayuda en la escuela. El tiene problemas con adaptación social, sin embargo actúa casi normal. Antonio es muy bueno dibujando y en los deportes, especialmente el futbol americano. Es un chico de rutina, le cuesta trabajo salir de ella pero finalmente acepta; en general es obediente; también es repetitivo: hace o dice una cosa hasta que se le dice “fue suficiente”. Salió con un buen promedio de la secundaria.”
En la actualidad, la escuela ha dejado de ser el lugar favorito de muchos estudiantes, han perdido el sentido de asistir a la escuela, se encuentran desmotivados, aburridos, cansados de escuchar de la boca de un profesor todo aquello que pueden encontrar en Google. Muchos estudiantes experimentan altos niveles de ansiedad por la excesiva carga de tareas, la expectativa de obtener una calificación. En general, para muchos niños y adolescentes la escuela se ha convertido en una especie de trámite administrativo que debe cumplirse para satisfacer el deseo de los padres y para cumplir con un requisito académico del sistema escolar.
El caso de Antonio, cada vez más común especialmente con estudiantes que a pesar de tener buenas o no tan buenas calificaciones, deben enfrentarse a situaciones sociales y expectativas que para ellos no tienen ningun sentido. Es complejo sugerir acciones concretas para poder “emocionar” a Antonio nuevamente y lograr que se sienta entusiasmado por asistir a cursar los últimos 4 años de estudio para obtener su diploma de preparatoria que le permitirá asistir a la universidad o escuela técnica, en caso de que él así lo decida. Te doy algunos tips que podrían ayudar:
1. Conversa con Antonio sobre lo que le gustaría hacer cuando “sea grande” y en base a su respuesta, coméntale lo que es necesario hacer y lograr para acercarse a esa meta. Si es posible, busca una persona que se dedique a hacer eso que él quiere y genera la posibilidad de que tu sobrino platique con esa persona sobre “cómo logró llegar hasta ese punto”. Busca un “modelo” que sea realmente lo que quieres para tu sobrino.
2. Busca un consejero, persona administrativa o profesor(a) en la escuela con quien Antonio tenga buena relación y coméntale lo que está ocurriendo. Lo ideal es que este adulto se convierta en el consejero y motivador de Antonio, que tu sobrino sepa que puede acudir a esa persona en cualquier momento que experimente ansiedad o se sienta apagado.
3. Busca en internet https://themighty.com y otras redes sociales, historias o grupos de adolescentes dentro del espectro del autismo que comparten sus historias y logros. Motívalo a escribir sobre sus emociones y sobre su historia de vida en alguna de esas redes sociales o simplemente que él mismo inicie su propio blog o página de Facebook para hablar sobre lo que siente, piensa y vive. Realizar esta acción ayudará a otros chicos que como él, han perdido el sentido de asistir a la escuela.
4. Conversa con Antonio y coméntale que él no es el único que no quiere ir a la escuela, que muchos otros estudiantes toman la decisión de asistir porque saben que la preparatoria es el paso previo para lograr su siguiente objetivo.
5. Definitivamente asegura que Antonio participa en un equipo de futbol americano, acércate con el coach, conversa sobre el caso de tu sobrino, probablemente ese couch puede convertirse en ese motivador que Antonio necesita.
6. Igualmente conversa con la profesora de arte y coméntale sobre Antonio, pide también su apoyo emocional y porras para tu sobrino. Si existe un club de arte en la escuela o fuera de la escuela, incentívenlo para que participe. Busca escuelas de arte en las que pueda participar en clases y exposiciones. Antonio necesita experimentar momentos de éxito y reconocimiento para llenarse de esa energía de entusiasmo que probablemente hoy se ha apagado.

Comentarios

  1. Muy buenos consejos, en mi experiencia no se debería descartar la posibilidad de "bullyng", las formas de abuso escolar son tan sutiles que a menudo no requieren, la agresión o desacalificación como hecho explícito, recuerdo el caso de un joven Asperger que podía desencadenar graves crisis cuando se custionaba la "autoridad" , cualquiera fuera su expresión, de este modo,un compañero solo tenía que burlarse de un docente o directivo y asegurarse de que este joven Asperger se diera por enterado de la burla o descalificación, para provocar en él sus crisis, la escuela nunca encontró méritos para poder accionar. El modo escolar puede ser un medio agobiante y frustrante en grado extremo para jóvenes de condición autista -asperger, las opciones extra escolares para cursar la secundaria o prepa, deberían ser tomadas en cuenta as a menudo, los modos sociales se pueden "entrenar" o aprender fuera de la escuela en otros círculos de interes donde el jóven puede desarrollarse.

    ResponderBorrar

Publicar un comentario

Entradas más populares de este blog

Vivir en vida

Al nacer y al reinventarnos, cada ser humano es como una hoja de papel en blanco, un papel que no contiene nada pero también contiene todas las posibilidades. Cada uno de nosotros está llamado a escribir en esa hoja en blanco: lo que es posible (según lo que conocemos), lo que es imposible (según nuestros miedos y creencias), lo que es visible (según lo que consideramos que es nuestra realidad) y lo desconocido (según la capacidad que tenemos de creer y confiar en lo milagroso o desconocido). Cada nuevo día tenemos la oportunidad de reescribir o modificar lo que en ese papel hemos escrito. Al final de cuentas, el presente y el pasado se pueden transformar cuando aprendemos a observar “la misma escena” desde una percepción diferente. Somos libres de observar el pasado desde el dolor y sufrimiento, o bien, observarlo desde lo que la vida nos está mostrando para fortalecernos y demostrarnos que aquello imposible y desconocido en lo que no nos atrevemos a confiar, es tan real como n

Los hijos no te escuchan, te observan...

Cuando pensabas que no te veía, te vi pegar mi primer dibujo al refrigerador e inmediatamente quise pintar otro.                            Cuando pensabas que no te veía, te vi arreglar y disponer de todo en nuestra casa para que fuese agradable vivir, pendiente de detalles, y entendí que las pequeñas cosas son las cosas especiales de la vida.                               Cuando pensabas que no te veía, te escuché pedirle a Dios y supe que existía un Dios al que le podría yo hablar y en quien confiar.                              Cuando pensabas que no te veía, te vi preocuparte por tus amigos sanos y enfermos y aprendí que todos debemos ayudarnos y cuidarnos unos a otros.                               Cuando pensabas que no te veía, te vi dar tu tiempo y dinero para ayudar a personas que no tienen nada y aprendí que aquellos que tienen algo deben compartirlo con quienes no tienen.                               Cuando pensabas que no te veía, te sent

Inclusión, ¿una utopía o una realidad?

Inclusión... ¿una utopía?, ¿un ideal?, ¿un sueño inalcanzable para la raza humana? No lo sé, pero mientras exista el mal entendimiento de que somos una especie con una inmensa diversidad y por lo tanto de inagotables diferencias, será un reto entender de raíz lo que es la inclusión y llevarla a cabo. La inclusión no debe ocurrir únicamente con personas con diagnósticos neurológicos o biológicos, la inclusión debe ocurrir bajo cualquier circunstancia en la que una persona o un grupo de personas sean mal entendidas por el resto. La exclusión ocurre con los adolescentes están por vivir una etapa mal entendida y los tachamos de rebeldes, no pensantes e irresponsables; con el autismo por ser una condición que no tiene explicación "lógica" y por lo tanto, no hay lógica general para relacionarse con ellos. Con los diagnósticos en los que faltan o sobran cromosomas porque físicamente nos parecen diferentes y sus necesidades biológicas son muy diferentes a las del resto. Co