Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando las entradas de diciembre, 2017

La primera celebración de Lola en tierras extrañas

Entrada 7  Todo ocurrió el durante el mismo año: 1995, un año que queda marcado en mi vida como uno de esos grandes cierres o inicios de ciclo que seguramente han y continuarán determinando lo que ocurrirá en mi vida. Este año representa la dualidad que los seres humanos tenemos que experimentar para poder caer y después surgir, un año de fuertes golpes y de inmensos regalos de vida. En pocas palabras, 1995 fue un año al que los gringos podrían denominar: “sweet and sour” (dulce y amargo) por todas las vivencias y emociones que tuve que experimentar de un solo golpe. Mayo de 1995: me gradúo de la universidad en la Ciudad de México. Junio de 1995: tomo aquel vuelo que les conté que me arrancó de raíz de mi amado país para ir a vivir por algunos meses a Lima, Perú. Noviembre 28 de 1995, (día de Acción de Gracias en Estados Unidos): salimos de manera impredecible de Lima con destino a la ciudad que sería nuestro siguiente hogar en Miami Beach, Florida. Diciembre de 1995: quedo emba

Lola aclara el camino

Entrada 6 “Cuando juzgamos a otro, nos colocamos en el lugar de la perfección sin darnos cuenta que estamos juzgando nuestras propias debilidades y carencias” Es prudente hacer un paréntesis en este punto de esta historia para subrayar algo que considero importante: Este escrito pretende narrar la manera en la que el autismo me conoció a mí (Lola) y no viceversa, lo cual significa que Lola ya tenía una historia de vida antes de que el autismo tocara a su puerta. El diagnóstico llegó de manera contundente e inesperada. Sin embargo, para ese momento ya existía una mujer construida a través de sus experiencias de vida, de sus creencias, de todo lo transferido por sus generaciones anteriores, su educación y de todo el bagaje cultural, social y religioso que implican 30 años de vida, que fue la edad en la que el autismo se hizo presente en mi vida. Aclarado lo anterior, debo también advertir al lector que existe la posibilidad de que al leer algunas de mis vivencias, quizá

Cuando a Lola la arrancaron de raíz...

Entrada 5 “Nos unimos en matrimonio con una ilusión y construimos una familia con una expectativa, deseando recrear el cuento de la vida feliz y perfecta de la que los adultos tanto hablan…” Perú resulto ser un lugar mágico para mí, una adolescente con 24 años que se experimentaba como una niña ante los paisajes majestuosos, la comida con decenas de combinaciones y sabores, una cultura tan misteriosa e interesante como la cultura de mi tierra, gente sumamente amable y cálida. Si el paraíso existía, yo sentía que estaba viviendo en ese lugar con el ferviente deseo de que no se tratara de un cuento de la “Caperucita Roja” en el que ella era una niña “buena y obediente” hasta que no lo fue más y en su vida apareció el Lobo Feroz que llegó a destruir todas sus creencias sobre la realidad y la ficción al vestirse de abuelita después de que se la había comido. No quería que “mi historia” en Perú terminara, deseaba sentirme feliz y plena por siempre, sin que nada me preoc