Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando las entradas de noviembre, 2017

Lola se embarca en el viaje más largo de su existencia…

Entrada 4 “Si los adultos no saben lo que quieren hacer con sus vidas, ¿cómo esperan que los adolescentes sepan lo que quieren hacer cuando sean grandes...?” Después de haber escuchado al inconsciente colectivo y haber tomado la decisión de NO estudiar para maestra hasta después de haber terminado mi primera carrera universitaria, comenzó uno de mis primeros periodos de gran incertidumbre y peregrinar por rumbos desconocidos. Recorrí cuatro universidades diferentes y una carrera diferente en cada una de ellas: Derecho, Idiomas, Mercadotecnia y finalmente Ciencias de la Comunicación, una de esas carreras conocidas en aquella época como: MMC (mientras me caso...). La realidad es que no estaba estudiando esa carrera por aquello del MMC, más bien era una cuestión de OS (oveja de la sociedad). Finalmente terminé la carrera y “me casé” jajajajaja. Dije que no había estudiado la carrera por MMC pero en mi caso ocurrió de esa manera, antes de graduarme de la universidad, a los

Lo que a Lola se le escapó de las manos

Entrada 3 “Hay personas que llegan a tu vida y sin saberlo, te marcan para siempre” Es así como el pequeño Jhonatan, con tan solo dos años de edad, tocó a mi puerta y se quedó en mi interior para toda esta vida. Algunas tradiciones espirituales y religiosas, dicen que la reencarnación existe, mientras que otras sugieren que mueres y te elevas al paraíso para descansar eternamente (si has sido un “buen ser humano”...). En este punto no estoy segura de si mi vida es producto de muchas reencarnaciones o simplemente soy un alma nueva que llegó a la tierra hace cuarenta y tantos años y se desvanecerá para siempre sin dejar rastro el día que deba marcharse; lo cierto es que de cualquiera de las dos formas que yo exista, Jhonatan fue un aviso que recibí anticipadamente de lo que me correspondería experimentar más adelante, de la misma manera que lo fueron varios otros eventos que iré narrando poco a poco. Terminaron las tres semanas en las que debía cuidar a Jhonatan, me estre

El síndrome del niño silencioso

Fuimos todos niños silenciosos a los quienes no se nos permitió ni se nos enseñó a  expresar libremente nuestro dolor, rabia, desacuerdos y frustración. Todas nuestras emociones eran aplastadas con frases como: - Los niños buenos no hacen berrinches - ¡Ya cállate! - Deja de llorar, ¡no es para tanto! - Eres una exagerada - ¡A mí no me hables así! - ¡Si sigues llorando te voy a castigar! - Eso no se dice, ¡no seas malcriada! - Por tu culpa estoy enojada - Esta conversación es de adultos, ¡no interrumpas! - ¡Vete a tu cuarto, estás castigado! En pocas palabras: no expreses lo que sientes y piensas porque las consecuencias serán negativas y entonces habrá sido “tu culpa...” Muchas de estas frases las seguimos utilizando, y continuamos aplastándonos a nosotros mismos y aplastando las emociones de nuestros hijos y de otras personas significativas, por miedo a perder el control, perder la autoridad o por nuestro pánico a experimentar las consecuencias negati

El día que el autismo entró a mi vida

Entrada 2 “Nadie sabe para quién trabaja”. Yo pensé que trabajaría para ganar unos cuantos pesos durante mis vacaciones de verano y resulta que estaba entrenándome para toda mi vida.. No estoy segura de recordar las emociones y sentimientos que me embargaron al darme cuenta que Eric paulatinamente se sumergía en una dimensión a la que yo no estaba logrando tener acceso con mis limitados recursos de ser humano “normal”. Más adelante me enteré que eso a lo que yo llamo “otra dimensión”, muchos otros le denominan en el autismo: “su propio mundo”... término con el que no estoy de acuerdo, pero de eso hablaremos más adelante. Hace un tiempo tomé la decisión de realizar una profunda introspección de los eventos, emociones y sentimientos más impactantes que he experimentado a lo largo de mi existencia. Todo con la intensión de encontrar ese punto en el que la vida misma me avisaba con anticipación que tendría un “encuentro cercano con el autismo” y que eso me permitirí

Ni siquiera el diagnóstico de autismo es casualidad...

Entrada 1 “Hace ya algún tiempo que dejé de creer en las casualidades y las coincidencias” En muchos lugares he leído y escuchado un sin número de veces la frase: “las casualidades no existen, existen las causalidades”. Era doloroso y complicado leer esta frase, ya que para mí significaba que el diagnóstico de autismo de mi hijo Eric era la causa de algo que yo misma había ocasionado de manera inconsciente en algún momento de mi vida. Pasaron algunos años antes de comprender que no tenía nada que ver con que yo fuera la “culpable” del diagnóstico de mi hijo, más bien era responsable de la manera en la que yo estaba observando mi vida a partir del momento en el que un grupo de especialistas me dijeron: “su hijo tiene autismo”. Fue uno de esos días en los que observaba de cerca a Eric cuando supe que algo era diferente... Poco tiempo después de cumplir los 18 meses de edad, él era un bebé hermoso que señalaba las partes de su cuerpo cuando yo se lo pedía, aplaudía, decía