Hace algunos días, tuve una vivencia que vale oro. Impartí algunas charlas y dinámicas sobre el miedo a estudiantes de segundo de secundaria (14 - 15 años), en un colegio privado en una zona muy privilegiada en la Ciudad de México. No comentaré en detalle los resultados de esa aventura, lo que si vale la pena compartir es que en esta escuela no están incluidos estudiantes con trastornos del desarrollo como el autismo -cuestión que me alegra-, ¿por qué me alegra? porque los estudiantes diagnosticados como "normales", tienen retos emocionales tan complejos como los retos sensoriales, de conducta y sociales que tienen personas con TDA. No cabe duda que no sé si en este momento el estado de emergencia debería ser atender las necesidades emocionales de los adolescentes en general o atender las necesidades terapéuticas y educativas de la población excluida por su condición. Hoy me cuestiono si en realidad yo quiero a mi hijo Eric en un grupo regular en el que lo