Ir al contenido principal

Vivir en vida


Al nacer y al reinventarnos, cada ser humano es como una hoja de papel en blanco, un papel que no contiene nada pero también contiene todas las posibilidades.

Cada uno de nosotros está llamado a escribir en esa hoja en blanco: lo que es posible (según lo que conocemos), lo que es imposible (según nuestros miedos y creencias), lo que es visible (según lo que consideramos que es nuestra realidad) y lo desconocido (según la capacidad que tenemos de creer y confiar en lo milagroso o desconocido).
Cada nuevo día tenemos la oportunidad de reescribir o modificar lo que en ese papel hemos escrito. Al final de cuentas, el presente y el pasado se pueden transformar cuando aprendemos a observar “la misma escena” desde una percepción diferente. Somos libres de observar el pasado desde el dolor y sufrimiento, o bien, observarlo desde lo que la vida nos está mostrando para fortalecernos y demostrarnos que aquello imposible y desconocido en lo que no nos atrevemos a confiar, es tan real como nuestros pensamientos que le dan vida al rencor, miedo y sufrimiento que nos mantienen atrapados y estancados en el mismo rincón.
Hoy te invito a observar y a observarte, pon atención a tus pensamientos y evalúa cuál es el origen de tu dolor… ¿Será que observas tu vida desde la desconfianza, la incertidumbre, el resentimiento y el miedo? ¿O la estás observando desde la confianza de saber que todo lo que vives es un proceso para llegar al final de uno de los capítulos del libro de tu vida?
“Confía en el proceso de la vida”, pero confiar no significa cruzar los brazos y esperar a que las soluciones nos lleguen. Confiar significa saber que todo lo que ocurra será en nuestro más alto beneficio aún cuando duele y cuando nos asusta. Al final del camino, el resultado estará compuesto por tus pensamientos y tus emociones; es tu decisión aprender de lo vivido y confiar en que siempre todo se resuelve de la mejor manera o estar muerto en vida mientras caminas tu camino. De cualquier forma el reloj de tu existencia continúa y el tiempo pasará con tus pensamientos de dolor o con tus pensamientos de esperanza y confianza.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Los hijos no te escuchan, te observan...

Cuando pensabas que no te veía, te vi pegar mi primer dibujo al refrigerador e inmediatamente quise pintar otro.                            Cuando pensabas que no te veía, te vi arreglar y disponer de todo en nuestra casa para que fuese agradable vivir, pendiente de detalles, y entendí que las pequeñas cosas son las cosas especiales de la vida.                               Cuando pensabas que no te veía, te escuché pedirle a Dios y supe que existía un Dios al que le podría yo hablar y en quien confiar.                              Cuando pensabas que no te veía, te vi preocuparte por tus amigos sanos y enfermos y aprendí que todos debemos ayudarnos y cuidarnos unos a otros.                               Cuando pensabas que no te veía, te vi dar tu tiempo y dinero para ayudar a personas que no tienen nada y aprendí que aquellos que tienen algo deben compartirlo con quienes no tienen.                               Cuando pensabas que no te veía, te sent

Inclusión, ¿una utopía o una realidad?

Inclusión... ¿una utopía?, ¿un ideal?, ¿un sueño inalcanzable para la raza humana? No lo sé, pero mientras exista el mal entendimiento de que somos una especie con una inmensa diversidad y por lo tanto de inagotables diferencias, será un reto entender de raíz lo que es la inclusión y llevarla a cabo. La inclusión no debe ocurrir únicamente con personas con diagnósticos neurológicos o biológicos, la inclusión debe ocurrir bajo cualquier circunstancia en la que una persona o un grupo de personas sean mal entendidas por el resto. La exclusión ocurre con los adolescentes están por vivir una etapa mal entendida y los tachamos de rebeldes, no pensantes e irresponsables; con el autismo por ser una condición que no tiene explicación "lógica" y por lo tanto, no hay lógica general para relacionarse con ellos. Con los diagnósticos en los que faltan o sobran cromosomas porque físicamente nos parecen diferentes y sus necesidades biológicas son muy diferentes a las del resto. Co

La solución del problema eres tú

¿De qué sirve pensar tanto en la solución de un problema, si la solución del problema eres tú? Es tu manera de ver el "problema" la que puede darle la mejor solución. No son tus "magníficas" tres ideas de solucionar la situación las que te llevarán al resultado que deseas.  Es muy posible que tus ideas para "solucionar el problema" sean bastante limitadas y seguramente han sido pensadas desde tu miedo y no desde tu serenidad y confianza... ¿de qué sirve pensar cuando lo que piensas es "miedo"? La solución del problema, es solucionar tu problema interno para ver con claridad aquello que aún no has logrado observar.