...Este es un tema inagotable, especialmente cuando sabemos que TODOS LOS HIJOS SON ESPECIALES; cuando sabemos que cada uno de ellos tiene necesidades específicas y únicas determinadas por su temperamento, personalidad, carácter y por la relación que hemos formado con cada uno de ellos a lo largo de sus vidas.
Qué difícil es nombrarme "madre especial" cuando en casa tengo dos grandes amores a los que no puedo medir con una cinta métrica para identificar que cariño es más grande o más profundo. Son dos amores que se complementan y me requieren cosas iguales pero de diferente forma: uno de ellos necesita mi atención continua, una educación modificada para poder evolucionar, mi capacidad de regular mis emociones para poder guiarlo con amor. Requiere que yo me eduque continuamente para entender su silencio a medias y sobre todo se beneficia inmensamente de que yo tenga una paciencia de “santa” para no involucrarme en sus arranques de ansiedad cuando no logro entender lo que necesita de mí. El otro que, gracias a su gran evolución como ser humano, independencia y capacidad de generarse sus propias herramientas de autorregulación y auto motivación. No necesita la misma intensidad de atención de mamá, pero igualmente necesita mi guía, mi oído y mi silencio sin juzgar; mi presencia (física o emocional) y sobre todo, mi capacidad de reconocer sus emociones.
Digamos entonces que lo que nos hace diferentes a las madres de chicos con diagnósticos de condiciones neurológicas o de cualquier otro tipo. Es la oportunidad continua de encontrar las razones más poderosas para entender el "para qué" de esos diagnósticos en nuestras familias; de encontrar el "para qué" ese diagnóstico puede ser uno de los motores que nos obliga a evolucionar para transformarnos en mejores seres humanos. Estos chicos nos invitan a reflexionar el "para qué" ellos y sus hermanos "normales" vivimos en un planeta en el que los habitantes necesitamos despertar y entender que la Tierra está compuesta por una hermosa diversidad de personas que funcionan y aprenden diferente y que eso es “normal y perfecto”.
A todas las mamás que se saben "especiales" y que leen este mensaje, les pido busquen sus "para qué", eso las llenará de entusiasmo, motivación y energía para dar siempre lo mejor que pueden dar a sus hijos y al planeta entero. Después de todo, si nuestros hijos "especiales" fueran capaces de mirarnos a los ojos y decirnos claramente lo que necesitan de nosotras, seguramente nos dirían: "Nunca te rindas...Te amo, permítete ser feliz y permíteme ser feliz”...
Precioso. Lo que destaco de nuestra vida con nuestra niña especial es que ella nos descubre quienes somos. Hace que seamos mejores, más pacientes, más tolerantes, más atentos en este mundo de prisas y consumismo, y sobretodo que veamos lo realmente importante en nuestras vidas.
ResponderBorrarAsim mimo, los hijos (en general) nos brindan la oportunidad de transformarnos y evolucionar en todos los aspectos, todo es cuestión de tomar la decisión. Gracias por compartir!!!
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