Ir al contenido principal

Tus pensamientos te limitan



... El problema no es con nuestro cerebro. El problema es nuestra mente cuando la limitamos a lo que conocemos, lo que nos enseñaron y que finalmente, terminamos convirtiéndolo en “nuestra verdad”. 

Lamentablemente eso que asumimos como “nuestra verdad”, es lo que intentamos transmitir a nuestros hijos y estudiantes para convertirlos (sin querer) en mentes limitadas que repiten y amplían nuestras conductas erróneas. Así se repiten los patrones y se va deteriorando la humanidad; saturada de creencias, de pensamientos lineales que solamente ven dos o tres opciones para solucionar las situaciones difíciles. 

Nos comportamos como humanos con mentes que piensan que “más vale viejo por conocido, que malo por conocer”. Así nos vamos quedando estancados en el mismo lugar, con la mismas personas y/o situaciones en las que ya no soportamos estar, pero decidimos quedarnos por el pavor que le tenemos a lo desconocido. 

En pocas palabras: ”somos hombres de poca fe; con una fe tan limitante y pequeña que no rebasa el tamaño de una semilla de mostaza”. 

Muchos sabios de la antigüedad nos han venido repitiendo que lo desconocido es el mundo de los milagros, de la magia, del paraíso. Lo desconocido es la dimensión en la que todo es posible; siempre y cuando, nuestra mente necia y cerrada, se abra al mundo de las mil posibilidades.

El día de hoy te invito a observar eso a lo que llamas tus “problemas” o situaciones por resolver. Observa cuántas opciones le da tu cerebro a cada uno de ellos para solucionarlos… ¿Cuántas posibilidades contemplas? Si eres capaz de pensar en un número de soluciones específico (2 o 3), estás funcionando desde tu mente limitada, sin esperanza y con una fe falsa. Atrévete a aceptar que no siempre tienes la solución, que estás perdido(a) y que necesitas reinventarte con una mente diferente para entender que lo impensable e inimaginable, es tu mejor posibilidad de solución...


Comentarios

Entradas más populares de este blog

Inclusión, ¿una utopía o una realidad?

Inclusión... ¿una utopía?, ¿un ideal?, ¿un sueño inalcanzable para la raza humana? No lo sé, pero mientras exista el mal entendimiento de que somos una especie con una inmensa diversidad y por lo tanto de inagotables diferencias, será un reto entender de raíz lo que es la inclusión y llevarla a cabo. La inclusión no debe ocurrir únicamente con personas con diagnósticos neurológicos o biológicos, la inclusión debe ocurrir bajo cualquier circunstancia en la que una persona o un grupo de personas sean mal entendidas por el resto. La exclusión ocurre con los adolescentes están por vivir una etapa mal entendida y los tachamos de rebeldes, no pensantes e irresponsables; con el autismo por ser una condición que no tiene explicación "lógica" y por lo tanto, no hay lógica general para relacionarse con ellos. Con los diagnósticos en los que faltan o sobran cromosomas porque físicamente nos parecen diferentes y sus necesidades biológicas son muy diferentes a las del resto. Co...

Así es la carta que Albert Einstein escribió a su hija

"Cuando propuse la teoría de la relatividad, muy pocos me entendieron, y lo que te revelaré ahora para que lo transmitas a la humanidad también chocará con la incomprensión y los perjuicios del mundo. Te pido aun así, que la custodies todo el tiempo que sea necesario, años, décadas, hasta que la sociedad haya avanzado lo suficiente para acoger lo que te explico a continuación. Hay una fuerza extremadamente poderosa para la que hasta ahora la ciencia no ha encontrado una explicación formal. Es una fuerza que incluye y gobierna a todas las otras, y que incluso está detrás de cualquier fenómeno que opera en el universo y aún no haya sido identificado por nosotros. Esta fuerza universal es el AMOR. Cuando los científicos buscaban una teoría unificada del universo olvidaron la más invisible y poderosa de las fuerzas. El Amor es Luz, dado que ilumina a quien lo da y lo recibe. El Amor es gravedad, porque hace que unas personas se sientan atraídas por otras. El Amor es...

Los que no saben del autismo

Cuando mi hijo mayor, Eric, fue diagnosticado con autismo en 1998 yo no tenía ni la menor idea de lo que la palabra “autismo” significaba. No sabía que el autismo era un trastorno del neurodesarrollo con el que mi hijo había nacido. No imaginaba que “no” había cura o reparación, tampoco tenía idea de que los niños con autismo presentaban capacidades y necesidades diferentes entre sí, en cuanto a niveles de intensidad y apoyo. Pensaba que la culpa de este trastorno en Eric era por su papá porque él tiene un hermano con un trastorno mental, o quizá era culpa mía por haber pasado momentos de gran tristeza y periodos de adaptación desafiantes para aprender a vivir en un nuevo país y convivir con una cultura que no es la mía. En pocas palabras en aquella época yo era una verdadera ignorante que no sabía nada sobre mi propio hijo Me sentía víctima de las circunstancias y de la vida misma. Trataba de encontrar un responsable de lo que estaba viviendo, me manifestaba como una “pobreci...